jueves, 16 de abril de 2009

A Ana.

Carboncillo negro,
despistes, besos en la mejilla, achuchones
sonrisa implacable, a la que no pararan
ni funcionarios de prisiones, ni rectores
ni patrones,
despliega en psicología la firmeza, la sabiduría
a quien acudir cuando tienes problemas
a quien dirigir cualquier suspiro de tristeza
solucionara lo imposible, rellenara los silencios,
cortara los abusos, con su cariño y viveza
desperezara los letargos de tus espesas
horas de sufrimiento y asperezas.
Por que pasemos mucho tiempo juntos,
saludemos otros tiempos y otras vivencias,
juntos luchando con toda nuestra firmeza.
Gracias bananeja.

A Marina y Clara.

Apoyo, calor, cariño
de un color inimaginable
con unas palabras de trazos sutiles
han pintado una sonrisa.
Que caballete, para sostener esta obra,
obra que se está resquebrajando, por momentos,
obra que sin su soporte no es nada,
pero con él, ni los trazos de Goya la superarían
pintura negra deslavazada, hundida,
pero increíblemente lucida
gracias a la luz, de vuestros ojos,
a vuestras sonrisas,
al tímido dulce y delicado tono de vuestras voces,
a la candidez de vuestras palabras,
no habrá mejor obra, que se haya redactado, pintado o publicado.


Gracias por el apoyo en estos momentos
por que la vida tiene sentido
si nosotros se la damos, y vosotra me ayudais a darsela mil gracias.

Justicia.

Valores, cordura, mesura
todo lo que defina la justicia
nada, nada, nada,
no vale nada,
no hay mundo
que defina
a la ajada balanza española.
Un día llega alguien
cuervo ingenuo de la desdicha
y con intrépida estupidez
destroza vidas que memez.
Tengo varias espinas clavadas,
una la de tu desdicha,
otra la de tu maldad,
otra la de tu ignorancia,
y por último la de tu vejez,
vejez que ondeara la bandera
de una mujer saciada de romper
almas sin darte cuenta de que eres
lo que nadie nunca querría ser.