Camine los desviados senderos
de la vigilia de mi vejez
llenando y llenando rastros
de una sutil intrepidez.
Dejando día y noche
todo a la desnudez
de un cuerpo solitario
que te queria querer.
Pase las horas, los segundos
al otro lado de tu mundo
y disfrute por un segundo
de tus besos iracundos.
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