Uno que desprecia,
otro que se amarga.
Un ingenuo cantautor
que solloza mientras canta.
La frívola cantante
que torea a la canción.
El astuto pintor
que dibuja fotogramas.
Todos peces de ciudad,
atraidos por la dulce sombra
de los muros infranqueables.
Alicatan hasta el amanecer
de hormigon sus almas.
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