jueves, 19 de marzo de 2009

El filo de la navaja.

Del psicoanálisis del diván
a la casa de muñecas,
de sotas rotas,
de males curativos,
de especies exóticas,
pero sobre todo del filo de la navaja.
Pasan las estrellas enlutadas
por no tenerte
y al mismo tiempo
en el pico más alto
nace un águila
maldito águila germen del desasosiego
aquí, allí, en ningún lugar,
¿Donde estas? No te veo,
verte puede cegarme,
pero no hay mayor placer
que mirarte observar
tus ojos, tu pupila
tu pelo, tu figura.
Déjame, déjame
aleja tus ojos hechizantes
pero un ratito antes
besa mis labios
perseverantes.
No hay nada
nada, solo el filo de la navaja
tu y yo
¿acabara la cuerda rota?

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